Cuando se estrenó Terminator de James Cameron en 1984 no existía la tecnología que hoy utiliza el cine. Si ahora es frecuente recurrir a la técnica del CGI (imágenes generadas por computadora), antes, y por esa década, se utilizaban los animatronic. Y hubo uno que se hizo para Arnold Schwarzenegger.
En la mitad de la película, Terminator debe arreglarse el ojo. Se ve a un espejo y con una herramienta se abre la cabeza. Aunque solo se trata de un robot, pero claramente se notaba el uso de un animatronic, que se hizo a imagen y semejanza de Schwarzenegger. Probablemente en esos años ese efecto causó furor a las audiencias, ahora no engaña a nadie.
Esta técnica consiste en copiar la imagen del personaje, envolver el prototipo mecanizado, y a través de un dispositivo moverlo.
Pero no solo se usó animatronic para el rostro del actor, sino también para simular al cyborg que camina con su imagen mecanizada y desprovista de la piel humana. James Cameron quería que se viera real y por eso recurrió a esa técnica, que se empleó, por lo menos, hasta Terminator: La rebelión de las máquinas.