Cada película de Christopher Nolan genera expectativa entre los cinéfilos. Sus obras cinematográficas innovan y retan al espectador. Cuando anunció que su nueva cinta adaptaría la vida de Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, me generó curiosidad acerca de cómo iba a plantear esta historia.
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Este director no es precisamente convencional al momento de contar una idea. Por ejemplo, con Dunkerke, una película de la Segunda Guerra Mundial, narró el drama mezclando el presente, pasado y futuro, con pocos diálogos, dejando al espectador que armara el rompecabezas.
Sus colegas hubieran privilegiado la sangre, estallidos y el sacrificio militar antes que ejecutarla como lo hizo Nolan.
Oppenheimer es una película de diálogos y actuaciones que apela a la metáfora para transmitir a las audiencias una sensación de tensión, angustia, arrepentimiento e incertidumbre.
Para ello se apoya en la edición y música, que no descansa en ningún momento, para comprender esas emociones. Nolan no ha sido muy aliado de la sutileza en su cine y dejar que el espectador suponga cosas.
Las interpretaciones son buenas. Quizás se pudo aprovechar más a Florence Pugh, quien actúa como la amante de Oppenheimer, pero en el general el casting lo hace bien. Destacan Cillian Murphy, el progonista; Emily Blunt, la esposa y Robert Downey Jr. quien interpreta a Lewis Strauss, aliado y enemigo del creador de la bomba atómica.
¿QUIÉNES DESTACAN EN LA PELÍCULA?
Robert Downey Jr. conocido por las actuales generaciones por su papel de Ironman interpreta con mucha irreverencia e ironía a un político que solo busca satisfacer sus intereses.
A veces hemos visto esos modos de hablar, mover los brazos o lanzar dardos en sus diálogos en Ironman o en Los vengadores. Solo que en este caso Nolan le da libertad para utilizar ese cinismo que calza perfecto en un personaje desagradable y ruin.
Emily Blunt tiene su mejor momento hacia al final. Desde el inicio notamos que no es la típica esposa de casa. Todo lo contrario. Es una mujer temperamental. Sin embargo al final, cuando sale a apoyar a su esposo en un interrogatorio, es que deja a su personaje mostrar sarcasmo e inteligencia para defenderlo de los ataques.
Cillian Murphy, habitual colaborador de Nolan, a quien hemos visto en las tres películas de Batman, El origen y Dunkerque, obtiene por primera vez un protagónico en una película de este director. Lo hace excelente. No es él, sino Oppenheimer. Un personaje brillante, pero contradictorio. Entusiasmado con su creación hasta que repara en las consecuencias. Solo después de reparar en los efectos nocivos de su invento es que transita por un camino hacia la redención pidiendo inconscientemente perdón por sus actos.
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Este es el tipo de película que ayuda a los actores a lucirse y el reparto lo aprovecha bien. Aunque hacia el final, cuando vemos un duelo entre dos personajes hubiera sido apropiado quitar la música para dejar que el silencio destaque el trabajo de los actores. Pero entiendo que la propuesta de Nolan era equiparar ese momento con la explosión de una bomba atómica.
Oppenheimer va de menos a más teniendo dos momentos brillantes. Uno cuando prueban la bomba atómica (¡qué manera de jugar con el suspenso!) y otro cuando el físico es interrogado por una junta que lo acusa de espía ruso.
¿ES UNA DRAMA CONVENCIONAL?
Si bien priman los diálogos la narración se hace rápida como si se tratase de una cuenta regresiva. En ese sentido la edición y banda sonora ayudan a que esta cinta de tres horas fluya.
A veces me hizo recordar a El gran truco (The prestige) donde los planos se colocaban con rapidez y se incluían a personajes para ubicar al espectador. Por ello no creo que sea un biopic convencional, sino un drama que se va contando en dos tiempos hasta confluir en un centro donde los dos personajes antagónicos explosionan.
No se si sea una obra maestra como se escrito con facilidad en estos días. Creo que para colocar este calificativo hay que dejar pasar años, reposar la cinta y ver si tiene el mismo impacto. Pero lo que sí creo es que es una buena película, bien actuada con un nivel técnico que contribuye a conocer las contradicciones de un hombre que creía hacer el bien, pero que la realidad creó un arma para el mal, que en la actualidad mantiene en vilo a la humanidad. Altamente recomendable.