Pedro Almodovar se introduce en la culpa con Julieta. La película es la historia de una mujer que tiene afrontar las consecuencias del momento más dramático de su vida.
Julieta tiene varios años encima, pero no se ve bien. Por un momento los recuerdos la atormentan y la anclan en el pasado. Retrocede y describe una vida tan común como la nuestra que está marcada por una tragedia.
Bien dicen que cuando las cosas salen mal, los culpables sobran. Y en ese sentido Julieta asume una responsabilidad que no le corresponde. Ese sentimiento no la deja vivir y lo peor aún es que la aleja de lo único que tiene: su hija.
Poco de Almodovar en Julieta
La nueva película de Almodovar es un drama. No tiene mucho de Almodovar. No hay riesgo, giros inesperados, argumentos retorcidos, personajes raros, morbo u erotismo. Solo mantiene su obsesión por el rojo y el azul. Porque estos colores están presentes en todas las etapas de la vida de Julieta, como en la mayoría de personajes de su filmografía.
Pero alejarse de su sello habitual, no hace de Julieta una mala película. Porque nos describe aquello que no hablamos, de la valentía que carecemos para enfrentar la respuesta que necesitamos de aquella duda que no deja nuestra cabeza.
No hablar, en el caso de Julieta, forma una bola de nieve que termina por aplastarla y hacer más vacía su vida.
Julieta es un drama que se trata con mucho respeto, sin ironías ni reflexiones tontas.
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— El Pirata (@ELPIRATA_CINE) 19 de diciembre de 2016