Con El misterio de Soho (Last Night in Soho), el director Edgar Wright prueba suerte con el thriller psicológico.
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En esta película toma a una muchacha, Eloise, con el talento para conectarse con seres del más allá y la lleva a Londres para estudiar diseño de modas. En esa ciudad se vincula con un alma soñadora como ella, Sandy, que en otra época, intentó forjarse un destino en la misma ciudad, pero al caer en manos equivocadas terminó siendo explotada.
Eloise aprecia la vida de Sandy. Le gusta su estilo y talento. Por tal razón lamenta el triste camino seguido para la protagonista de sus pesadillas. Por eso es que quiere hacer algo por ella.
Pero parece que Eloise recibe información equivocada desde el más allá, porque no recibe el final correcto. Su conexión paranormal no es tan buena como parecía. Pero para la protagonista es suficiente para rendir apoyo completo a Sandy.
Sin embargo esta confusión solo es un truco de la película para distraer al espectador de lo que se viene al final. Que escribiéndolo se nota una decisión absurda y fácil.
Por eso que la historia puede resultar confusa y hasta contradictoria porque si te pones a atar cabos salen más preguntas que respuestas. No es que El misterio del Soho sea compleja, sino que se entiende, pero al ponerla en frío, hay muchas cosas que quedan en el aire y otras innecesarias.
Lo mejor de la película es su planteamiento visual. La cinta se cuenta con mucho color, luz, buen diseño de la época de los 60. Con una interesante edición en que se superponen ambos personajes. La escena inicial del baile donde aparece Sandy y Eloise bailando con el mismo hombre, a la vez, es buena. Incluso la música. Es decir que visualmente la película no genera quejas.
La presentación de la almas que vagan pidiendo justicia quedan bien. Aquí vale la pena anotar que resulta gracioso ver a una de ellas alcanzar el teléfono a Eloise para que pida ayuda a la policía. Además de ser una decisión contradictoria: O esos muertos vivientes merecen un castigo (porque en toda la película te dijeron que eran los malos) o un poco de justicia.
La nueva propuesta de Edgar Wright no pasa de una película regular con un interesante estilo visual.