Guardianes de la Galaxia vol 3 cierra una de las mejores trilogías de Marvel dirigida por James Gunn, hoy hombre fuerte de DC. El epílogo llega sin traicionar su estilo y enfocándose en uno de los personajes más queridos por los espectadores.
También lea: Crítica a Pantera negra, Wakanda por siempre
Rocket ha sido atacado y sus compañeros deben emprender una nueva aventura para salvarlo. En esa cruzada conocemos más detalles de la vida del mapache. Sabemos, por ejemplo, que tuvo un origen duro ya que fue sometido a crueles experimentos desde pequeño.
Debemos reconocer que el retrato de la desconocida vida de Rocket configura varios momentos emotivos de la película. Además, estas escenas ayudan a la película a vincular su historia con el maltrato animal al que se somete en la actualidad a animales en pruebas de laboratorio.
Por eso creo que narrar el origen de Rocket, el personaje más duro, irónico, mordaz constituye un punto a favor de la película. De esta manera conocemos el lado más humano de uno los personajes favoritos de Guardianes de la Galaxia vol 3.
El resto de la película gira sobre lo mismo: diversión, peleas, efectos visuales, música de los 70, 80 o 90, es decir, el estilo marcado desde el inicio de la trilogía.
Se supone que esta película marca el final de Los guardianes de la galaxia, pero en Hollywood todo puede suceder y continúan extendiendo sus historias en los próximos años. Si regresan a la pantalla grande, probablemente sea sin James Gunn, una pieza clave en el éxito de esta franquicia.