El juego del calamar, exitosa serie de Netflix, sigue el patrón de películas como Juego Macabro o Los juegos del hambre. A los personajes protagonistas se les somete a retos que deberán superar por dinero, de lo contrario morirán. Aquí no hay empates ni reconciliaciones. Si no cumples el desafío simplemente mueres.
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En El juego del calamar convocaron a trabajadores con problemas de dinero por apuestas o préstamos, de dudosa trayectoria que estarían dispuestos a todo por un puñado de billetes.
La naturaleza de estos personajes se demuestra en un buen capítulo cuando reparan en la violencia de este juego y claman para que pare y los liberen a sus hogares.
La serie lejos de ir por una vía fácil y obligarlos a continuar con los retos, hace el ensayo de concederles el deseo de liberarlos de este mortal juego. Ese ejercicio eleva la serie y da una idea al espectador de la clase de personas que están lidiando en estos retos y qué cualidades deberían tener para ganar el premio mayor.
A partir de ese momento el interés se genera a partir de los juegos que se van presentando. Hay una expectativa por lo que viene a continuación y la historia no deja pistas para adivinar el desafío y oculta bien la creativa crueldad de la mente que idea estas mortales actividades. Mientras avanza ya no se trata de solo ganar el juego, sino que colocan contra las cuerdas a los personajes obligándolos a decidir sobre su vida o adversario.
Ahí es cuando aparece la violencia y el drama coreano mezclado literalmente de gritos, aunque las lágrimas no existan, que suelen aparecer en este género.
¿UNA SEGUNDA TEMPORADA A LA VISTA?
Por lo menos de los protagonistas se conoce sus motivaciones y al final queda claro que nadie saldrá limpio de El juego del calamar. Si no te ensucias un poco y apelas a la bondad o confían en la buena naturaleza humana, probablemente pierdas el desafío. Porque al llegar al capítulo final los puramente buenos (si es que lo hay) perderán el trofeo.
De alguna manera se va adivinando quién va a ganar el juego, pero en el capítulo final hay una sorpresa mayor, que me hizo recordar a la primera película de Juego Macabro. Además que deja algunas líneas al aire (sabemos poco del líder) que hacen pensar en una nueva temporada. Lo más probable es que Netflix renueve esta producción dado el éxito de esta serie.
El juego del calamar es adictiva, violenta, entretenida y por buenos momentos tensa. No es una serie que fácilmente vayas a dejar en visto en el primer episodio. Vas a ir viéndola poco a poco hasta llegar al final. Como dicen los jugadores de este juego, «no hemos avanzado tanto para regresar al inicio». Va por Netflix.