Lo que al inicio de la tercera temporada parecía una pelea entre los hijos de Logan Roy por liderar las empresas de la familia se redujo a un conflicto abierto entre padre e hijos en la tercera temporada de Succession.
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El final de la temporada definió este conflicto familiar y alineó los bandos que chocarán en las siguientes temporadas a estrenarse en HBO.
Succession es la historia de una familia y su constante lucha por el poder de las empresas. Por un lado un padre resistente a dejar el mando y por otro, tres hijos (hay uno más, pero está más interesado en otros asuntos) que buscan sacarlo y quedarse con las compañías (luego pelear entre ellos).
En este permanente enfrentamiento Logan Roy ha sabido golpear duro y sin piedad, mientras sus hijos han sido más tímidos, pretendiendo más agradar a su padre que alcanzar su objetivo por encima de todo y de todos, como la hecho su padre.
El último episodio demostró que a Logan no le interesa ni siquiera el amor de sus hijos y probablemente para ellos ha sido duro enterarse de esta dura realidad que probablemente ya intuía la audiencia.
¿Qué se viene ahora una guerra sin cuartel o más intentos por ganarse la aprobación del padre?
Lo que seguramente vendrá será una buena historia como la entregada en esta temporada con capítulos fascinantes como extraordinarias escenas.
LO MEJOR
Como aquella en que Kendall Roy aparece caminando solo por un pasillo luego de leer la decepcionante carta de su hermana. O cuando tiene una conversación con Connor en un restaurante y este le aclara que apenas le ha hecho algunos rasguños a su padre. En esa secuencia se define el personaje de Tom, un hombre que ha movido mejor sus fichas que los hijos de Logan.
Ni mencionar los buenos minutos finales de la tercera temporada o aquella conversación entre Shiv y su madre quien le recuerda que mejor no hubiera tenido hijos.
La tercera temporada de Succession viene con buenas historias, mejores actuaciones y lo que toda buena serie deja al final: ganas de seguir viéndola. Va por HBO Max.