Doctor Strange en el multiverso de la locura es una película de Elizabeth Olsen con Wanda o La bruja escarlata que del mismo superhéroe.
La heroína genera un problema al obsesionarse con visitar un multiverso en que pueda disfrutar de sus hijos que no tiene. Wanda no tiene hijos. Pero todo el dolor soportado en las últimas películas como la muerte de su hermano o Visión, el amor de su vida, la llevaron a idear un mundo en que sí era madre (véanse Wandavision).
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Qué sucede cuando una persona se obsesiona con una meta. Pues llega un momento en que el fin justifica los medios.
En esta historia hay un camino para alcanzar ese paraíso añorado por Wanda y se llama América Chávez. Una niña con el poder de transitar entre uno u otro multiverso como si se fuera de paseo. Wanda la quiere a ella para robar su poder y buscar a los hijos que no tiene.
Sin embargo, en su camino aparece el doctor Strange. El superhéroe más sarcástico del mundo Marvel se coloca del lado de América. A Wanda no le importa e inicia el conflicto. Quizás este sea la primera vez en que un conflicto entre superhéroes de Marvel se vea verosímil. No como Guerra Civil en que las peleas parecían más una sesión de entrenamiento que un choque de rivalidades.
Es en esta pelea que aparece la buena interpretación de Elizabeth Olsen. Apoyándose en el estilo de Sam Raimi, director conocido por la primera trilogía de Spiderman, y cintas de terror como Muerte diabólica (The evil dead), es que ofrece la imagen de una bruja terrorífica, loca y diabólicamente contorsionista.
WANDA EN ACCIÓN
Doctor Strange en el multiverso de la locura se disfruta gracias a ella. Cuando aparece en escena la atención crece más aún cuando se convierte en una villana que no da tregua. En su cabeza conseguir sus hijos es su norte y literalmente no descansará hasta verlos otra vez. Hay un momento en que parece replicar la imagen de Carrie de 1976 donde no dice mucho, pero hace bastante.
Lástima que los cines peruanos ofrezcan pocas funciones subtituladas. Tenemos que escuchar a una Wanda con un doblaje que hace énfasis en las «r» para advertir al público que el personaje es ruso. Un recurso bastante fácil que refuerza un estereotipo. Escucharla en inglés probablemente mejore su interpretación que en general es muy buena.
El resto es conocido. Los efectos ya vistos en la primera película del Doctor Strange y en varias de Los vengadores. La presencia de La bruja escarlata demuestra que una película es buena cuando el villano es bueno, un elemento que no siempre está presente en las historias de Marvel.
No queda claro si habrá más Wanda, pero definitivamente ha dejado una buena impresión entre el público adicto a las cintas de superhéroes.